Si al leer sobre el concepto “cobranza digital” o “cobro digital” lo primero que viene a tu mente es “robot de cobranza”, te adelantamos que el concepto es mucho más amplio. La cobranza digital implica transformar, automatizar y optimizar los procesos que integran la gestión de recupero de deuda mediante el uso de herramientas tecnológicas. Por ello, incluye bots para revisar las causas judiciales; inteligencia artificial o lectura inteligente de la información extraída por los bots; clasificación automatizada de los nuevos movimientos detectados; CRM´s especializados para guardar toda la información en forma ordenada; y reportería al día del estado de las carteras sujetas a cobranza. De hecho, de acuerdo a una investigación de McKinsey, “una estrategia de cobranza digital ha hecho que algunas instituciones registren reducciones del 20% al 25% en la tasa de préstamos morosos…”.
Además, la cobranza digital puede derivar en las proyecciones del comportamiento de los clientes, impactando positivamente las metas de recaudación.
Cabe destacar que resulta equivocado pensar que con una cobranza digital ya no se necesitará de la gestión humana. Por el contrario, con la cobranza digital se aprovechan mejor sus capacidades. Ello, por cuanto las tareas que son repetitivas se automatizan, de forma que se desarrollen a mayor velocidad y sin errores, permitiendo a las personas a dedicarse con mayor profundidad a aquellas tareas que no son automatizables. Todo lo anterior redunda en mayor eficiencia y, sobre todo, mayor eficacia en los procesos de cobranza.